La diferencia entre las catànies y el resto de almendras con chocolate es que Cudié tienen el nombre registrado como marca. Las catànies pues, son de Cudié, o no son. Pero además de nomenclaturas, el que hace que las catànies sean un producto gourmet es su bouquet propio. La catània no llena como un bombón, pero sí ofrece un intenso placer equiparable al jamón ibérico, al queso manchego o al caviar. Se trata de un alimento con umami, que invita a repetir y que no satura al comensal. La catània se come sin hambre, por puro goce de degustación.

Una proporción perfecta

Las catànies Cudié juegan con el equilibrio de sabores. Tanto la catània clásica, como las catànies dark, las de limón, yogur y café, cuentan con una intensidad de sabor que es el resultado de una proporción perfecta entre dulzura, textura, crujiente y acidez. Las avellanas y las macadamias que Cudié utiliza también para convertir en catànies, son sometidas al mismo proceso de caramelado, baño con la pasta altamente afinada de chocolate y frutos secos, y envoltorio de polvo de cacao. La magia de las catànies es la justa medida de ingredientes para no saciar, para invitar a seguir, para despertar el paladar e ir recibiendo cada vez más estímulos gustativos.

Un producto único en el mundo

Se encuentran catànies actualmente en 31 países del mundo. El rasgo diferencial de este bombón radica en el suave caramelo de la almendra marcona de tamaño grande, y en especial en el chocolate que la recubre y que ha sido trabajado hasta conseguir una textura capaz de deshacerse en el paladar.