THAILANDIA 
El país de la sonrisa. Así reciben los thailandeses a los que se acercan a conocer su país. Un viaje a Thailandia debería contener como mínimo, a nuestro parecer, una cena en el restaurante Vertigo en la azotea del Banyan Tree de Bangkok, un masaje thailandés en la escuela tradicional de Wat Pho de Bangkok, una visita a complejo histórico deAyutthaya, un paseo en elefante en la selva de Chiang Mai y unos días de playa en alguna de sus pequeñas islas como Koh Kood. Solo queda escoger el alojamiento perfecto. ElMandarin Oriental en Bangkok, el Four Seasons en Chiang Mai o el Soneva Kiri en Koh Kood contribuirán a ofrecer un plus de exclusividad a su experiencia asiática.

VIETNAM 
Recorrer este país, de norte a sur, nos descubre preciosos escenarios naturales salpicados de campos de arroz y pueblos bellísimos, pasando por las playas de la zona central, hasta llegar al gran sur dominado por el delta del río Mekong.
Hanoi, al norte, está salpicada de templos y pagodas que bien merecen una visita; así como el Mausoleo de Ho Chi Minh, padre de la nación. Recorrerla en bicicleta hará que se sienta como uno más entre sus gentes.
Bahía de Halong: Seguramente la imagen más conocida de Vietnam. Las formaciones rocosas emergiendo del agua en la gran Bahía, cubiertas de vegetación, conforman una imagen mágica.
Hue: Probablemente la ciudad más bonita de Vietnam. Fue durante años el hogar de los emperadores y la capital del imperio de Vietnam. Situada entre las ciudades de Hanoi y Ho Chi Minh city, posee una mezcla única entre el Vietnam tradicional, influencias chinas, ciudad moderna y a la vez, recuerdos de guerra.
Y para finalizar,  una estancia en Con Dao, perfecto reducto de paz y tranquilidad en forma de isla.

MALASIA
Un país donde la mezcla de razas y culturas (china, india y árabe) está presente en el día a día de sus habitantes.
Kuala Lumpur es la capital. Disfrute de las callejuelas de esta gran ciudad bajo la atena mirada de las imponentesTorres Petronas. La artesanía local convive con primeras marcas de moda y fantásticos mercadillos donde podrá demostrar su arte para el regateo. Para los más gourmets, el restaurante Mosaic les espera, déjese sorprender. 
Más allá de la ciudad, Malasia esconde una cara más amable, la de sus increíbles playas. Le recomendamos las de las islas de Pangkor Laut y Langkawi. 

Una curiosidad: Si hay un puente que impresiona por su diseño y sus vistas sobre las montañas y el mar, ese es el puente Langkawi Sky. Se trata de una pasarela de 125 metros totalmente curva que se extiende sobre un abismo en la isla de Langkawi. El puente está fijado solamente en una columna y cuelga de ocho cables a 700 metros sobre el nivel del mar. Sus panorámicas nos dejan boquiabiertos.

SIX SENSES CON DAO, VIETNAM
Este magnífico resort se encuentra a 45 minutos en avión de la ciudad de Ho Chi Minh y destaca por su gran belleza natural. Su diseño contemporáneo combina con la esencia tradicional de un pueblo de pescadores.
Sus 50 villas se ubican a lo largo de un kilómetro de playa de arena blanca, al abrigo de las verdes colinas boscosas y cada una posee su propia infinity pool. Los materiales de construcción provienen de fuentes naturales, sostenibles y locales.

Uno de sus puntos fuertes son sus restaurantes, donde degustar las especialidades locales a base de pescado y verduras; como el Vietnamese at the Market, o el By the Beach, que como su nombre indica está situado en la playa. Ideal para disfrutar de una magnífica puesta de sol al abrazo de la brisa marina.

FOUR SEASONS LANGKAWI, MALASIA
Al oeste del país encontramos Langkawi, una de las 4 islas deshabitadas del archipiélago formado por 99 islas en el Mar de Andamán. Sin duda, el sueño de todo amante de la naturaleza y los deportes acuáticos. Playas de arena blanca, aguas color esmeralda y unos fondos marinos considerados entre los mejores del mundo conjugados con una densa vegetación tropical es lo que encuentran nuestros viajeros cuando se adentran en esta joya de la naturaleza.

El Concierge del Four Seasons Langkawi puede organizar un día lleno de emocionesincluyendo un trekking por las montañas que rodean la isla, observar las aves autóctonas o submarinismo; o si lo prefiere, un día de relax en la piscina privada con vistas al mar de Andamán y una cena en la playa.