Caviaroli, igual que el aceite, tiene la propiedad de permanecer en la superficie de los líquidos acuosos por su densidad. En este caso, se ha aprovechado esta característica para que el Caviaroli quede en suspensión encima del Bloody Mary, consiguiendo de esta forma que al beber el cóctel se unan dos texturas muy distintas en cada sorbo, y respetando el gusto original de cada uno. Como guinda, al terminar el cóctel el comensal se encuentra con una grosella al vodka, dando un final ácido y alcohólico para limpiar el paladar.

Su preparación, para cuatro personas, es sencilla. Sólo hay que seguir las siguientes instrucciones:

– Para la elaboración del agua cristalina de tomate:

Limpiar los tomates  rojos maduros (1,2 kg.) en agua y licuarlos. Diponer el jugo en un recipiente alto y estrecho sin moverlo. Dejar reposar el recipiente durante 1 hora en la nevera para que se decante la pulpa del agua. Separar la pulpa. Colar el agua de tomate a través de un papel para obtener una agua cristalina. Guardar en la nevera.

– Para la preparación del Bloody Mary:

Juntar el agua cristalina de tomate (200g) con el vodka (25g), el tabasco (3 gotas) y la salsa Worcester (3g). Poner a punto de sal y pimienta negra recién molida. Limpiar y picar el apio (100g). Juntarlo con la mezcla anterior y envasar al vacío. Guardar en la nevera durante 6 horas y colar.

– Para las grosellas con vodka:

Juntar las grosellas (4 unidades) con el vodka (20g) y envasar al vacío. Guardar en la nevera durante 3 horas.

Y para acabar, en una copa de cóctel, disponer 50g de Bloody Mary bien frío, añadir una grosella con vodka que se depositará en el fondo, y terminar con 5g de Caviaroli de Aberquina en la superficie del líquido, en cada una de las copas.

El cóctel perfecto ya esta listo para degustar.

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