Para crearlo, Ramón Monegal ha retrocedido a los orígenes del perfume, a cuando se creaba a través del humo, del latín “per fumum”. Bravo es la poderosa magia creada al quemar la madera de agar, cedro y abeto. Un acorde enriquecido con pétalos de rosa y sazonado con flores de jazmín blanco, como en una cachimba clásica, con el sabor combinado de cassis, fresa y albaricoque.

Hay un rastro de cuero español en el corazón del perfume, bronceado con clavo de olor, canela y artemisia, de modo que se instala en la piel para dar una experiencia placentera de la nobleza del ámbar, la firmeza del musgo de roble y la sensualidad del almizcle.

Un perfume cuyas notas top son el pomelo, el melocotón, casis y coco, Corazón de jazmín, rosa, clavo y agujas de pino, y base de madera de cedro, ámbar, roble y cuero.

Bravo, perteneciente a la colección Spanish, junto con Fiesta y Flamenco, se presenta en el frasco icónico de Monegal. Un tintero intemporal, al que familiarmente denomina “Mon encrier”, creado por el propio perfumista como homenaje a una de sus principales fuentes de inspiración: la literatura.

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