LUXURY SPAIN
Can Company, el arte del embutido
Una tradición que pasa de generación en generación, una calidad conseguida paso a paso y una innovación que no transgrede, sino que revaloriza la tradición. Estos son los ejes centrales de Can Company y de su maestro charcutero e imagen de marca, Xesc Reina. Todo esto se refleja en la creación de sus productos, de toda la vida, y al mismo tiempo, una nueva forma a la hora de crear y consumir embutido, como por ejemplo: La sobrasada con queso.
Can Company es una marca de referencia, pero no olvida sus orígenes. Se trata de una empresa que nació hace ya más de 50 años en la isla de Mallorca. Creada por maestros del campo que aprendieron el oficio de la tierra de forma tradicional, a través de padres a hijos.
Estos agricultores poseían algunas hectáreas de campo en las que cultivaban cereales y legumbres que vendían puerta a puerta por los pueblos de Mallorca. Con el tiempo, el negocio creció gracias a su esfuerzo y al trabajo bien hecho, incrementando año a año la explotación de cereales. Debido a ello Can Company ha remado hacia el futuro presente, sin olvidar nunca sus tradiciones e innovando día a día.
Hace no tanto, en 1992, la empresa dio otro gran salto y comenzó a gestionar la fábrica de harinas de Maria de la Salut. Desde entonces, incorporó a sus servicios la producción de piensos y productos derivados de los cereales. A día de hoy mueve unas 12.000 toneladas al año que sirven para la alimentación de los animales, entre ellos el porc negre mallorquín, una raza autóctona de las islas que tiene una dieta 100% de Can Company.
El porc negre es fundamental para Can Company. Un cerdo de tamaño mediano que tiene como principal característica un depósito de grasa en la parte del cuello llamado “mamelles”. Con este animal se elabora la sobrasada de Can Company, una sobrasada artesana y tradicional, como la que elaboraban las familias de antaño.
Y es por eso que generación tras generación, Can Company ha luchado por hacerse un hueco en el exigente mundo de los embutidos de calidad y conseguir “el mejor sabor del embutido mallorquín” cuidando al detalle todo el proceso de producción, desde la alimentación de los animales hasta el punto de venta final.
Con este ejercicio creativo se llega al concepto de la Charcuisine, que busca guiar la mirada del consumidor, creando un motivo innovador para centrarse en el sabor de los embutidos, pero también en su calidad y elaboración tradicional. Gracias a la charcuisine, el concepto de charcutería ha cambiado por completo. Si bien los embutidos nacieron con vocación de despensa y un modo de conservar en el tiempo toda la carne producida en las matanzas, Can Company considera que este uso ha quedado obsoleto y ha llegado uno nuevo: el disfrute del comensal.
La Charcuisine es pasar de un producto pasivo a uno activo, contemporáneo, vanguardista, ideado para ofrecer una experiencia organoléptica. Significa entender, disfrutar y presentar la charcutería de un modo totalmente diferente y especial. Significa que la experiencia de comer un embutido de Can Company es vivir la gastronomía y las costumbres de aquí, de siempre, revalorizadas.