Conservas El Capricho, la historia de un antojo de exquisita sencillez

Si de algo pueden enorgullecerse las poblaciones del norte de España bañadas por el mar Cantábrico, es por la exquisita calidad de sus productos autóctonos.  Por su situación geográfica, en toda buena mesa regional cántabra no pueden faltar las delicias del mar,  tanto pescados como mariscos y conservas que han dotado de gran renombre la gastronomía de la zona.

Es concretamente la villa de tradición marinera de Santoña que destaca por ser el reino de las anchoas, y porque es el lugar de donde sobresalen los artesanos de Conservas El Capricho, en pie desde el 1991 en la labor artesanal de anchoa y bonito del norte fresco de máxima calidad.

Ni más ni menos que un cuarto de siglo es lo que lleva a sus espaldas la firma conservera El Capricho, y su historia es, sencillamente, la historia de un capricho, de un antojo, de unas personas que quisieron volver atrás en el tiempo y recuperar la sabiduría, casi olvidada, de una tradición que había quedado sepultada por años de mal entendido progreso.

Los productos de la marca santoñesa son inigualables, y como ellos mismos dicen, el secreto de su éxito es que no tienen precisamente ningún secreto. Simplemente cumplen sus objetivos de calidad y excelencia de tantos años, llevando a cabo todo el proceso en sus instalaciones, y todo con el máximo mimo artesanal de la materia prima proviniente de la pesca de cada día. De hecho, solo utilizan bocarte “Engraulis Encrasicolus” capturado en el mar Cantábrico en el caladero sostenible regulado por la Unión Europea, y siempre cuidando el ecosistema marino.

La pesca es curada en bodega durante al menos 12 meses para posteriormente ser fileteada de manera tradicional y artesana con los mismos estándares de color, sabor, tersura y punto de sal que han hecho a esta marca un fijo en los lineales de El Club del Gourmet de El Corte Inglés durante más de 20 años. Y es que la firma solo realiza una calidad de anchoa: la mejor.

Su exitosa trayectoria ha llevado a Conservas El Capricho a conmemorar ahora su 25º aniversario renovando su imagen corporativa junto con el lanzamiento de 2 nuevos modelos de envases, en los que se rescatan los colores negro y dorado característicos de la marca. Asimismo, con la reinvención del escudo de la familia Iglesias De La Riva, el rediseño se adapta a los nuevos tiempos pero sin perder un ápice de su elegancia.

Además, junto a estos nuevos modelos, la firma incorpora un aceite de oliva virgen extra de la variedad arbequina de la prestigiosa compañía oleícola jiennense Castillo de Canena.