El make in off de unas Castañer

La creación de una alpargata guarda una historia de autenticidad, donde la atemporalidad y la artesanía son su esencia. A lo largo de los 90 años de historia de Castañer, la fabricación de sus alpargatas apenas ha cambiado.

Todo se inicia en India y Bangladesh para descubrir el yute de la mejor calidad. La elaboración de madejas de yute 100% natural y su posterior teñido, es la base para fabricar las suelas de todos los modelos.

Las máquinas de trenzar yute son las mismas que se inventaron en el Atelier de Castañer hace casi cien años. Ellas son las responsables de una técnica de trenzado única y artesanal que forma parte de su heritage, de su legado, todavía presente.

Una vez trenzado el yute es el momento de desvelar la forma de la alpargata. Ello se trabaja en una mesa en forma de rueda que sirve de molde a la trenza de yute y que tiene la forma de la alpargata original. Solo hay una máquina en el mundo que cosa la trenza de yute así. La ideó y creó Tomás Serra, mecánico y co-fundador de la marca. Hoy, sigue siendo uno de los grandes tesoros de este Atelier.

Posteriormente, el troquel se pega a la suela para hacerla consistente y crear las alpargatas que forman parte de la historia de muchos veranos. Siempre en busca de la máxima calidad, el proceso de vulcanizado fija, perfectamente y sin ninguna fisura, la suela trenzada y la goma troquelada, a través de moldes expuestos a temperaturas de 150º.

Cada detalle inspira un estilo. Por ello, la talonera es el detalle único de los modelos más icónicos de Castañer, realizada con hilo de lino y algodón de primera calidad en antiguos telares del 1900 llenos de historia.

Al igual que se hacía hace 90 años, manos artesanas son las que acaban de perfilar el modelo , cosiendo a mano sus acabados. Las alpargatas Castañer están listas para lucir en nuestros pies y formar parte de nuestro verano.