LUXURY SPAIN

Kristina Szekely: La cicerone que se codea con el lujo

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24/11/2011

Kristina Szekely Real Estate es sinónimo de lujo en el sector inmobiliario de Marbella . Durante los últimos 30 años ha sido considerada como el líder indiscutible en el mercado ofreciendo a sus clientes las mejores propiedades tanto en el sector residencial como en el comercial. Su reputación por ofrecer el mejor servicio y las mejores propiedades en Marbella, Sotogrande, Gibraltar, Madrid, Baleares, México, Panamá, Marruecos o EE. UU y no tiene competencia. 
 Krisitna Szekely RE ofrece una variedad de villas de ensueños ´dreamhomes´ en la Costa del Sol
En su catálogo se codean apartamentos inmensos y villas de ensueño. El manejo de siete idiomas, algo que para ella no tiene ningún mérito, la convierten en la mejor cicerone del lujo, amén de su don de gentes y sus dotes naturales para el ‘marketing’. «Aprendes hasta psicología», bromea. Y sobre todo, a preservar la intimidad de sus clientes. De su boca no sale ni un nombre famoso. Según dice tampoco tiene tantos con nombre conocido. «Son sólo el uno por ciento. El resto es gente que lleva toda su vida trabajando para su sueño: tener un chalé o un yate», aclara. Sí recuerda un momento especial con el cantante Prince, cuando arribó a Marbella hace diez años. «Viví un momento mágico. Antes del concierto hicieron un círculo y se cogieron de la mano para una especie de rezo», dice.
 Kristina Szekely
Pese a las cifras abrumadoras que maneja, del lujo aún hay cosas que le impresionan. «Siempre inventan algo nuevo, que no he visto. Cada vez está todo mas robotizado», subraya. Por ejemplo, los adelantos de demótica. «Aprietas un botón y se ponen las luces, se abre el garaje, se cierra la persiana o se calienta el suelo. Es increíble». Su vivienda, lejos de lo que se pueda pensar, no es una mansión. Más bien un apartamiento «confortable». Allí atesora recuerdos de su familia. De su padre, ingeniero civil, y de su madre, fisioterapeuta. Se educó en Suecia y hace más de 30 años que recaló en España arrastrada por su hermana, que se enamoró de un toledano.
De la Marbella de entonces a la de ahora media un abismo. «Al principio la gente no sabía ni dónde estaba la ciudad. No había paseo marítimo, había cuatro hoteles y el pueblo acababa en la gasolinera de Ricardo Soriano. Ahora esto es como una ciudad ‘resort’», afirma. No se imagina un mejor sitio para vivir pese a haber correteado medio mundo. En muchos de esos viajes le acompañó su marido, el pintor granadino Antonio Cienfuegos, que falleció hace once años tras una grave enfermedad y con el que no tuvo hijos. Un vacío, hasta hoy «imposible» de cubrir, que llena con una intensa vida social y laboral. Es la otra cara de la empresaria que tiene a su cargo a cien personas. Como su familia. Procura comer siempre en casa y dejar hueco para actos sociales, a menudo benéficos. Es habitual a las fiestas solidarias -«a las mujeres nos encanta ponernos de gala»- además de ser la primera mujer del Rotary Club, una asociación de profesionales. Baila lo que le echen, la cultura en todas sus facetas, el cine si es bueno, el esquí o la bicicleta completan su tarjeta de presentación. 
 Fuente      | Diario Sur