LUXURY SPAIN
Molino de Alcuneza tiene ya una Estrella Michelin y una Estrella Verde
El periódico de ABC habla sobre Molino de Alcuneza, miembro de la Asociación Española del Lujo – Luxury Spain. El negocio fue abierto en 2006 por los hermanos Samuel y Blanca Moreno. Consiguieron una Estrella Michelin y una Estrella Verde hace poco.
La pequeña localidad guadalajareña de Alcuneza cuenta con unos 30 habitantes. Se ha convertido en lugar de peregrinaje por un molino medieval que es ya un templo de la slow food y de la slow life (comida y vida pausada en inglés). Este es el nombre que recibe el negocio. Lo convirtieron en un establecimiento hostelero único al que se sumó en 2016 un restaurante que no ha parado de cosechar éxitos, como la Estrella Michelin. Además, consiguió esa misma semana una Estrella Verde.
Samuel Moreno reconoce a ABC que el último premio que les han dado, la Estrella Verde de la Guía Michelin tiene una carga muy especial porque viene a premiar la labor que vienen haciendo desde hace tiempo.
El hotel, que cuenta con 17 habitaciones de lujo, y el prestigioso restaurante están ubicados en un antiguo molino harinero. Tiene más de 500 años de antigüedad. No obstante, uno de sus objetivos era devolverle la vida.
La despoblación
Sin embargo, no todo es color de rosas, pues el hecho de estar en un pequeño pueblo ubicado en eso que se ha venido a llamar la España vaciada, les hace redoblar los esfuerzos para poder mantener su negocio. Afirmaron que los premios les sirven como acicate para no bajar la guardia ya que han de conservar el nivel de exigencia y excelencia que han logrado.
La cocina del restaurante que él dirige tiene una base esencial, que es el recetario tradicional y la gastronomía castellanomanchega. Cuando mejor se expresa es en otoño e invierno. Cuentan con los típicos platos de cuchara elaborados con ingredientes de la zona, como las setas, la carne de caza, las legumbres, … Pero, según indica, van variando sus menús en función de la época del año. A sus mesas se han sentado numerosos personajes ilustres a los que Samuel está muy orgulloso de haber dado de comer, pero no da ningún nombre porque, como él dice, les gusta ser discretos.