LUXURY SPAIN

Esta semana en Expansión: entrevista con el Presidente de Compañía de Las Islas Occidentales

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19/01/2012

Hoy compartimos con vosotros la entrevista con Francisco Javier Zamorano, uno de los tres hermanos que gestionan la compañía propietaria del Gran Hotel Bahía del Duque que es un miembro de la Asociación Española del Lujo y ha sido elegido como el “Most Excellent Hotel” por la guía “Condé Nast Johansen”.
Francisco Javier Zamorano 
El Gran Hotel Bahía del Duque  es un sinónimo de lujo desde hace más de dieciséis años. Conseguir permanecer tanto tiempo en lo más alto del turismo español no es tarea fácil, pero una vez se conoce la historia de la familia que hay detrás del complejo turístico se entiende mejor. Francisco Javier Zamorano es uno de los tres hermanos que gestionan la Compañía de las Islas Occidentales -propietaria del hotel-, que comenzó a funcionar en 1850. Zamorano se considera»un afortunado», y no sólo por poder acudir a un entorno tan especial a menudo, sino porque es, junto con sus hermanos Hortensia y Carmen, el gestor de una empresa que actualmente cuenta con cinco áreas de negocio (turística, inmobiliaria, financiera, servicios e industrial).
El Gran Hotel Bahía del Duque
Todo ello, gracias a su padre: «Tener un padre como el mío es un orgullo. Fue un emprendedor y trabajador incansable que lo dio todo por su empresa y por su familia. Ahora, somos los accionistas de las compañías familiares que tienen más de cien años y todo se lo debemos a nuestros antecesores, pero sobre todo, a nuestro padre Luis Zamorano». Una herencia así puede llegar a pesar en los hombros. Zamorano sólo espera que «las futuras generaciones tengan la misma opinión sobre mí que yo tengo de mi padre», por lo que su esfuerzo se centra en «intentar transmitir el valor de una empresa familiar».
Según Zamorano, las claves para mantenerse como un referente en el sector turístico del lujo son»confiar en el largo plazo; invertir en I+D; trabajar en una continua renovación del producto; una estrategia basada en la diferenciación; reinventarse día a día; ofrecer al cliente aquello que demanda… Pero, sobre todo, la calidad del servicio, la excelencia, la familiaridad y la simpatía» en el trato con el cliente.
En los últimos años, el hotel ha seguido estas máximas de gestión y ha optado por realizar importantes cambios como la completa renovación en 2009 que supuso la división de El Mirador y la creación de las Villas. «Cuando concebimos el proyecto de las 40 villas decidimos que nuestro objetivo era centrarnos en un servicio aún más exclusivo, y alejarnos de la masificación».
Aunque la crisis afecta a todos los segmentos, «incluido el sector del turismo de lujo, podemos presumir de habernos recuperado muy rápido y estar en niveles de precrisis». Otra cuestión, según comenta, es «la situación del sistema financiero y cómo puedan evolucionar nuestros mercados emisores debido a esta crisis».
Según el ejecutivo, hoy en día, «el turista demanda un trato más exclusivo que antes. Ya no le vale cualquier hotel de cinco o cuatro estrellas de un destino, porque ahora es mucho más exigente. A esto se une que cada vez hay más opciones de transporte, han aumentado los destinos turísticos emergentes, el número de hoteles es mayor… Hay más dónde elegir».
Algo más que lujo El cliente que busca y quiere lujo y exclusividad, según Zamorano, quiere sentirse integrado en la cultura local a través del lugar y destino que visita. Ahora bien, «los gustos han cambiado, ahora no quieren simplemente un servicio de cinco estrellas, sino sentirse realmente cuidados. Incluso los gustos decorativos son distintos, el cliente de hoy huye de aspectos decorativos en oro y recurre a placeres más simples. En definitiva, el nuevo cliente de lujo elige con más mimo y cuidado».
Los principales mercados para la Compañía de las Islas Occidentales son, sobre todo, el mercado nacional, Reino Unido, Alemania, los países nórdicos y países del Este. Ahora bien, hay clientes ideales para el turismo de lujo «en casi todo el mundo».
A Zamorano, personalmente, le gustan tanto el turismo de playa y de montaña, «porque los dos tienen su encanto». Y, lejos de considerar que España tiene que huir de la imagen de sol y playa que nos ha caracterizado, Zamorano cree que hay que «seguir potenciando nuestra imagen de sol y playa, al mismo tiempo que hay que añadirle otros valores que la hagan más atractiva, sin olvidar la seguridad, que es muy importante. Creo que se debe completar la oferta alrededor de nuestros valores tradicionales como un reclamo importante».
Fuente     | Expansión